Hoy, 9 de marzo, es el antepenúltimo día de Erasmus en Francia. El día lo hemos dedicado a una excursión que ha comenzado a las 8:45 en la puerta del Collège Le Grand Beauregard. Hemos salido en autobús con destino a las marismas de Brière, una reserva natural de frágil equilibrio que hemos visitado en barco. A través de unos canales y mediante un motor eléctrico muy silencioso nos hemos desplazado entre la vegetación y la fauna de la reserva, muy rica en patos de cola verde y otras aves acuáticas. Durante la travesía hemos tenido unos momentos bastante entretenidos porque nos ha empezado a llover mucho y hemos tenido que usar nuestros chubasqueros y paraguas. Silvie, la guía de la visita, nos ha explicado cosas como que hay épocas del año en que no se podía cazar para permitir el anidamiento de las aves. La pesca es abundante en la reserva y además no hay mosquitos a pesar de ser zona de marisma, porque hay unos peces que se comen sus larvas. Esto nos ha permitido comprender la importancia de la conservación de la biodiversidad para respetar el medioambiente. Las marismas se alimentan de agua de lluvia exclusivamente por lo que solamente se podían hacer paseos en barco cuando el agua del canal subía y llegaba al metro ochenta como mínimo. En verano el paisaje cambia por completo.
Después, hemos ido a un pueblo llamado Kerhinet, con casas antiguas súper extrañas porque tenían un tejado cubierto con una especie de paja o junco que en francés se llama “chaume”. El pueblo es en realidad una aldea que ha sido restaurada y cuyas casas y paisajes eran preciosos. Hasta hemos visto ovejas de una raza autóctona, pastando en los verdes prados.
Hemos cogido el bus otra vez y hemos ido a otro pueblo más cerca de las salinas que visitaríamos más tarde. El pueblo se llama Guerande y tenía un recinto amurallado medieval muy bonito. Mientras entrábamos en calor tomando un chocolate caliente, la radio de Palma nos ha hecho una entrevista en directo.
Después hemos visitado las salinas en Guerande (Terre de Sel). Hemos estado haciendo un tour en el que nos explicaban cómo extraían la sal por métodos totalmente naturales y respetuosos con el medioambiente. Para ello hacía falta sol, calor, viento y agua del mar, para formar la sal. ¡Ese método tradicional se practica desde hace unos 1500 años! En Terre de Sel producen dos tipos de sal: la sal gorda para cocinar que tiene un color gris porque contiene algo de arcilla. Y la “Fleur du sel” que es mucho más blanca, más escasa y más cara. Esta última se usa en la mesa. Luego hemos ido a la tienda de souvenirs en la que había jabones artesanales, caramelos de mantequilla y sal, etc, y hemos comprado algunos recuerdos para nuestras familias.
Finalmente hemos cogido el bus y hemos vuelto con nuestros “correspondientes” de vuelta a sus casas. Ha sido un día super guay ¡y con ducha gratis!
Abril Blanco Muñoz